El detective privado, lejos de ser una persona que opera en la calle sin ninguna formación y bajo la imagen de las películas de cine, es una profesión que requiere 3 años de estudios universitarios.
Ya la Ley de Seguridad Privada y el correspondiente Reglamento, marcan las líneas y contenidos formativos que, bajo el marco universitario de la Facultad de Derecho, normalmente, debe estudiarse.
Hay asignaturas como el derecho penal, civil, mercantil, constitucional, tecnología, comunicaciones, imagen, criminología, deontología profesional, etc. que regulan los contenidos.
Estas asignaturas se imparten en la universidad y, aunque no se requiere el haber pasado el «examen de selectividad», si requieren unos trabajos y unos exámenes en la Facultad universitaria correspondiente.
Hay que considerar que no todas las Universidades están reconocidas en la impartición de esta formación y aunque la ofrecen, conviene que el alumno sepa, preguntando a la Unidad Central de Policía Nacional de Seguridad Privada, cuáles son las que están reconocidas y cuáles no lo están pues después de 3 años de estudios se podrían encontrar con que han tirado tiempo, dinero, expectativas, ilusiones, etc. pues no se les reconocen los estudios realizados.
La profesión de detective privado requiere, entre otras cosas, este reconocimiento de estudios universitarios, 3 años, para poder solicitar la habilitación al Ministerio del Interior. Sin ella, no se podrá ejercer como detective privado, salvo que se vulnere el artículo 403 del Código Penal por intrusismo profesional.
Pero en lo que queremos hacer énfasis es en la absoluta necesidad de que el detective privado esté formado en su día a día, que actualice contenidos formativos, se especialice y por supuesto esté al tanto de las tecnologías.
No sólo porque existen revisiones de las leyes sino porque también la sociedad evoluciona, los delitos evolucionan y las tecnologías evolucionan.
El detective debe estar al día en lo que son técnicas y metodologías de investigación, en los marcos legales de cada delito que investigue, debe estar actualizado en equipos y materiales que utilice pues en realidad, unos se quedan obsoletos y otros, simplemente son conocidos y conviene cambiarlos.
Lamentablemente no hay un marco regulatorio de cómo un alumno de detective puede realizar prácticas reales con alguna agencia o despacho, está prohibido realizarlas si no es con la posesión de la correspondiente habilitación del Ministerio, y eso sólo llega cuando ya se han terminado los estudios.
Entonces nos encontramos con que los detectives que salen con su ilusión y ganas cada año de las distintas universidades españolas, se encuentran en la calle sin ninguna experiencia en la realización de las distintas técnicas de investigación, no saben hacer la vigilancia, ni el seguimiento, ni saben los medios de acceso a bases de datos públicas, ni como obtener datos e información de forma rápida y legal en los Organismos o Instituciones, etc. Deben irlo aprendiendo de forma autónoma o bien trabajando para un despacho o agencia.
Es cierto que parten con mucha ilusión, pero parten sin prácticas y lo que es más relevante, los profesores, son universitarios de la Facultad, casi seguro, no están familiarizados en la mayoría de los casos, con la labor real del detective, y por tanto, tampoco enseñan de cara a la profesión, sino de cara al contenido de la asignatura, por ejemplo casos de penal o de civil pero con escaso foco en la labor real del detective sino en casos que se estudian también en la carrera de derecho y futuros abogados.
Si centramos en asignaturas como comunicaciones y tecnología, o imagen, por ejemplo, es difícil encontrar a los profesores con experiencia real en los sistemas y además enfocados a la profesión del detective. Temas generales, bien entendidos que aprobados por la Ley y Reglamento, pero escaso o nulo foco en el detective.
Por ello, sin menospreciar el enorme esfuerzo que suponen 3 años de estudios, es importante hacer saber al lector que el detective que ejerce su profesión está estudiando constantemente diferentes marcos legales y técnicas y metodologías de investigación.
El detective es un profesional, que al igual que el médico o el abogado o el ingeniero, deben estar al día en el ejercicio de su profesión. Deben asistir a cursos, aprender de los demás, aprender y reciclarse, y por supuesto deben invertir en material.
Desde aquí animamos a todos los profesionales de la investigación privada a que se formen, hagan de la profesión un valor y un hecho relevante para la sociedad, usar los códigos deontológicos que tenemos en los Colegios Profesionales y a encontrar su camino profesional salvaguardando la ética, la profesionalidad, la capacidad de innovar, el empuje del nuevo en la profesión para aprender y motivarse y a mantener un nivel de precios acorde a lo que le permita evolucionar como profesional y mantener el material debidamente actualizado.
La formación de 3 años es la base de la formación diaria, de ser buen profesional, de hacer valer la profesión y la legalidad, de cumplir con el cliente y de evitar entrar en situaciones de quiebra económica.